La transición entre un gran plan y su ejecución
- CREA Estrategias Competitivas
- 24 sept 2020
- 2 Min. de lectura

Es común encontrar en varias organizaciones un sin fin de documentos que describen planes, metas u objetivos para desarrollar en un periodo de tiempo determinado, ¿pero qué tan fácil es llevar a cabo todo lo que se planea?
Sin importar qué nivel estratégico u operativo impacte el plan, la mayoría van muriendo lentamente con el tiempo dejando de lado el resultado que en algún momento se pretendió encontrar. Una causa frecuente de este desinterés paulatino a cumplir los planes, se debe a que no se identifica lo realmente importante en lo que se debe trabajar, en ocasiones se pretende abarcar un gran número de tareas que no tienen impacto en el objetivo de este; en consecuencia su desarrollo se convierte en la ejecución de múltiples actividades que hace que alcanzar su ejecución sea casi imposible.
Antes de formular un plan es importante tener un enfoque claro de los que se va a conseguir con el desarrollo de este, es así como se debe identificar la meta crucial a la que se quiere llegar. Los planes no sirven para abarcar una multitud de objetivos, si se define así un plan este se desenfocará, difícilmente culminará y generará confusión entre quienes lo desarrollaran.
Una vez se cuente con el objetivo especifico del plan es importante generar las tareas que apalancaran su ejecución. Generalmente, la mayoría somos expertos en crear demasiadas actividades que con el tiempo nos demostraran que eran innecesarias. Esto no puede suceder. Si se desarrollan un sin fin de actividades quizás estas no tendrán el impacto deseado debido a que su realización no tomo el tiempo suficiente por el hecho de cumplir otras que también se creía que tenían el mismo nivel de importancia. Por lo tanto debe centrar sus esfuerzos en definir y desarrollar las actividades que generan mayor impacto para alcanzar su objetivo definido.
Sin importar el tipo de plan y el periodo de tiempo en el cual se va a desarrollar, todos necesitan ser medidos y controlados. Aunque los términos generen terror o preocupación este tipo de medidas permitirán al equipo que lo este desarrollando generar autocontrol de las actividades que se esta llevando a cabo y poder de igual manera presentar avances consistente de los resultados obtenidos.
En conclusión, no basta con tener una gran idea recurrentemente y generar planes para ejecutarla, sino apuntar a una que se defina y se desarrolle con un plan adecuado de acuerdo a los objetivos que se consideren impactar.
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